martes, 31 de marzo de 2009

A la memoria de lo inconcluso.

No tengo buena memoria. Como toda leona tengo la impresión de que, igual que yo, nadie en el mundo tiene buena memoria (excepto Rain man y el Toño). Por lo tanto me sorprende muchísimo aquella gente que se encuentra un pedazo de recibo de hace 15 años y aún recuerda lo que hizo el día que lo obtuvo, y sobre todo recuerda por qué escribió una palabra totalmente críptica detrás del mismo.
Como algunos saben, otros sospechan y muchos creen haberme dado la idea, yo escribo cuentos. No los vendo, no los publico, pero los escribo.
Dado que la inspiración es impredecible por naturaleza, a veces no tengo nada que escribir y otra veces tengo ochenta ideas apachurradas en el espacio entre mis dos últimas neuronas. Para tratar de vaciar mi cerebro hasta que encuentre el tiempo suficiente para escribir con mas dedicación, tengo una serie de trucos de memoria. Todos tienen el sello de garantía Mashandy*:

El truco de la servilleta. O cualquier pedazo de papel, cartón o superficie rayable a mi disposición. Requiere estar entrenada en el arte de la síntesis, para poder poner toda tu idea en pocas palabras (ya sea una versión de La Guerra y La Paz, o una frase curiosa), generalmente basta con un titulo y una sinopsis, incluso algunas escenas. También sirve tener la habilidad para escribir milimétricamente. Me jacto de haber escrito páginas enteras en un boleto de camión. Otra cosa indispensable, siempre traer un lápiz, pluma, crayola u objeto puntiagudo para escribir (o tallar). Lo malo es que si se vuelve demasiado abstracto luego no lo entiendo.
El truco del tatuaje. Igual que el de la servilleta pero con dibujos, pudiéndose usar cualquier parte del cuerpo aparte de papel. Tengo una caja con varios dibujos de personajes que imaginé para cuentos. Curiosamente es buena técnica para mí, ya que incluso sin haberles escrito ninguna explicación, con sólo verlos recuerdo quiénes son y qué hacen. Supongo que no se requiere gran habilidad artística, siempre que entiendas lo que dibujas.
El truco cantado. Yo tenia una flauta, luego un teclado, incluso una armónica. Nunca aprendí a tocar nada de eso. Pero con mucho empeño de vez en cuando lograba copiar alguna tonada, de forma burda. Con eso me basta para usar a los instrumentos como medio para recordar alguna historia. Así como ciertas canciones recuerdan momentos de la vida, algunas tonadas inventadas (como de 20 segundos) me hacían recordar el "feeling" de un cuento. Ya no hago eso, porque es mas fácil olvidar una melodía cuando no tienes ni la menor idea de como escribir música.
El truco boomerang. Escribes un poco de algo, unos renglones, unos párrafos. Luego se lo mandas a alguien que aprecias para que lo lea y le dices que aún no esta terminado. Si es aunque sea medianamente interesante, ten por seguro que aquella persona te recordará la historia inconclusa como alarma humana.

Aun así, con una caja entera de "recordatorios" siguiéndome cada que me mudo, de alrededor de 120 cuentos, sólo tengo 15... quizás. Como quisiera tener buena memoria. Y una tercera neurona.


*(NOTA: Esta garantía no está garantizada)

2 comentarios:

Tako dijo...

El truco de la servilleta FTW :P.

Pequeño error en tu post :

Rain man y toño...son la misma persona :O!!! MINDFUCK.

Saludancias.

Caty Rocha dijo...

jaja buen mindfuck, habra que hacerlo