domingo, 1 de marzo de 2009

Lección pre-adolescente

El vado para desagüe a la orilla del patio de la escuela no era el mejor lugar para caminar. Atravesar el patio a la salida para recoger un pedazo de alambre tirado entre los arboles, sabe Dios porqué, no fue una decisión muy sabia.

Pero por alguna razón me sentía muy realizada haciendo malabares con una vara sucia en el canal. Aunque ya estuviera muy grandota para andar haciendo eso.

Y para qué negarlo, soy una persona muy torpe. Pero aunque no parezca posible antes lo era mucho más. Siempre tenía moretes, rasguños y marcas inexplicables. Pero sobre todo mis tobillos se torcían una tres veces diarias en un día calmado, el doble si había educación física.

Así que estaba claro que mi tobillo se doblaría hacia adentro si intentaba hacer algo más complicado que caminar, algo así como hacer malabares en un vado.
Curiosamente mientras caía y sentía que mi ego caía conmigo, el alambre que había recogido del piso se enganchó en la rama de un árbol junto al que estaba caminando.
Quedé colgada a unos centímetros de que mi trasero tocara el piso.

Alguien que me vio caer me gritó. Como pensé que aun podría levantarme y fingir que todo era parte de un plan muy bien calculado, apoyé mi fuerza en el alambre para ponerme de pie.

Las posibilidades de que la rama que me sostenía se rompiera al hacer eso, obviamente no fueron consideradas. Curiosamente la rama no se rompió y yo logré levantarme.

No sin antes darme un tremendo golpe en la frente con otra rama del mismo árbol. Mi plan de seguirme viendo cool se resbaló por el vado.

Dejé el alambre en el piso y me fui a la salida.

***
En la esquina donde esperaba que pasaran por mí, un muchacho de la preparatoria me miró sola y con la cara roja.

"¿Estabas llorando?"

"No, me pegué en la carota y todos me vieron" hice notar que oficialmente ya no tenía respeto por mi misma

"Eso no importa créeme, lo importante es que las niñas bonitas no deberían llorar"

"Supongo" me puse de su lado a pesar de que no estaba de acuerdo con él, porque según su lógica las únicas que deberían llorar son las niñas feas.

"¿Y qué te dolió más, el golpe o el orgullo?"

Me di cuenta que de pronto me sentía muy bien. "Pues, creo que ahorita me duele más la cabeza"

"Eso es bueno" luego se fue.

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